La participación en cadenas globales de valor y la fragmentación internacional de la producción, nos puede conducir a una mayor creación de empleo y crecimiento económico. Los países deben implementar el tipo adecuado de políticas comerciales y de inversión, para cosechar los beneficios de la participación en la cadena de valor. La pandemia de COVID-19 cambió la base de las políticas y estrategias del comercio internacional y sin duda, ha puesto de relieve la urgente necesidad de comprender la dependencia de muchos países en los proveedores de todo el mundo.
¿Cómo entender la cadena de valor?
El cncepto se refiere al conjunto de actividades que permiten la producción y comercialización de un bien o servicio, desde su diseño hasta su entrega al consumidor final. Cada etapa de la cadena, agrega valor al producto final, lo que se reflejará en su precio y calidad.
En el comercio internacional, la cadena de valor es fundamental porque permite que los países aprovechen sus ventajas comparativas en la producción de bienes y servicios. Al integrarse en la cadena de valor global, las empresas pueden acceder a insumos más baratos, tecnología avanzada y nuevos mercados, lo que les permite mejorar su eficiencia y competitividad.
Además, la cadena de valor en el comercio internacional tiene un impacto positivo en la creación de empleos, ya que implica su generación directa e indirecta en sus diferentes etapas. Por ejemplo, hoy, comprar un pantalón de mezclilla o a una camisa de diseño es sencillo y a precios accesibles gracias en gran medida a los costos decrecientes, desde la extracción de la materia prima, la mano de obra y la fabricación llegando, hasta la venta al consumidor final.
Es importante que los países como México, puedan promuever políticas que fomenten la integración de las empresas en la cadena de valor global y que trabajen juntos para fortalecer y mejorar el comercio internacional. De esta manera, se podrán aprovechar al máximo las ventajas comparativas de cada país y mejorar la eficiencia y la competitividad de las empresas en el mercado global.
Se puede concluir que la cadena de valor es fundamental en el comercio internacional, ya que permite que los países aprovechen sus ventajas comparativas y mejoren su eficiencia y competitividad, creando además, un impacto positivo en la generación de empleo y en el desarrollo económico global. Es necesario que los países -incluyendo a México- trabajen juntos para fortalecer y mejorar la cadena de valor en el comercio internacional para así lograr un crecimiento económico sostenible.